Planeando mi funeral
Sobre arreglos funerarios, lista de invitados, código de vestimenta y más.
Conozco a muchas mujeres que desde niñas sueñan con la boda de sus sueños, creando múltiples tableros de Pinterest con etiquetas distintas para visualizar su vestido, la vajilla, el menú, el color y diseño de los vestidos de las damas de honor, las flores, la música, las velas y los bocadillos. La lista sigue y sigue y sigue y sigue. Nunca me he identificado. Nunca me ha interesado en lo más mínimo casarme y mucho menos tener una boda. De hecho, si algo tengo claro desde siempre es que yo no me quiero casar. Si es un asunto que puedo evitarme en la vida, lo voy a hacer. Echémosle la culpa a la astrología y mi sol en sagitario.
Sin embargo, algo que no podemos evitar en la vida es la muerte. Es por eso que yo en vez de fantasear con un pastel de cuatro pisos que durará bello 15 segundos o juegos artificiales que contaminan el medio ambiente durante la velada, me he encargado de fantasear con mi funeral durante toda esta semana. Si te preguntas por qué es importante, permíteme compartir contigo mi punto de vista.
A nadie le importa cómo Miriam o Luciano llegaron a la posada de navidad del trabajo el año pasado, pero lo que siempre recuerdan es cómo se fueron. ¿Ebrio?, ¿despeinada?, ¿humillado?, ¿fabulosa?, ¿con el regalo de la rifa? Ese es el detalle que importa. Es lo mismo con la vida; a nadie le importa cómo la viviste, de lo que van a hablar tomando un café un sábado de brunch es de cómo te fuiste. ¿Y sabes cómo quiero irme yo? De manera formidable. Legendaria. Quiero que, después del funeral, cuando se suban a sus coches y vayan a sus respectivas casas, mientras las luces de la ciudad reflejan en el parabrisas durante la noche solo puedan pensar “maldita perra, ¿quién se creía que era?“ Y la plática del camino sea criticar lo opulento y ostentoso que fue aquél gran evento.
Lista de instrucciones y deseos
Empecemos por lo más importante, yo. He decidido que el funeral será a ataúd abierto para recordarle a todos lo perfecta que siempre fui y lo increíble que me veo aún muerta. Necesito un vestido con un corset que aparente una diminuta cintura, igual ya no estaré respirando así que no será un problema. Los tonos que mejor le van a mi tipo de piel son los tonos invierno así que estoy pensando en una tela seda de color azul rey y definitivamente labios rojos. Rímel para recalcar mi privilegio de tener pestañas largas. Sí, al menos cumplí con un canon de belleza.
Continuemos con el ambiente y la vibra que quiero ver representada en el establecimiento. Necesito que haya tulipanes color blanco, peonias y dalias en tonos rosa pastel. Los lirios no están permitidos como adornos en mi funeral. Para follaje, eucalipto baby, mi ultra favorito. Habrá un candelabro y el tono de la iluminación será cálido en tonos ámbar de baja intensidad. Algo íntimo y romántico, ¡me encanta!
Las invitaciones estarán previamente diseñadas y listas para ser enviadas en urgent delivery y logren llegar al siguiente día de mi muerte, avisando a todos los invitados. Tipo de letra, sans serif y cursiva en tonalidades plateadas en papel de yute o algodón color negro. Será entregado en un sobre negro con la frase “you are invited” grabada al frente.
La selección de las bebidas será dirty martini con aceitunas, espresso martini y vino rosado. De aperitivo habrá canapés de pan tostado con ricotta, miel de abeja, higos y nueces trituradas; tabla de quesos y carnes frías con duraznos finamente rebanados; rollitos de tocino envolviendo la pera finamente rebanada; tostadas con dip de alcachofa. Me están dando ganas de asistir a mi propio funeral.
Hablemos de los invitados. En mi lista no estarán los familiares que incomodaron mis domingos en familia. Planeo juntar a los familiares que se odian entre sí en el mismo lugar y que haya un poquito de drama, solo poco. El drama es entretenido, en especial cuando tú no eres parte de él. Solo imagino la cantidad de historias que pueden salir de ahí. ¡Que divertido!
Sigamos con el código de vestimenta. Todos los invitados deberán asistir de negro con prendas hechas con tela de seda o lino SIN estampados de ningún tipo; las mujeres y gays usarán velos cortos aunque los encajes están prohibidos.
Dentro de las vibes que visualizo debe haber unas cuantas lagrimas pero no la gran cosa, tampoco quiero que me quite protagonismo. La que está muerta aquí soy yo, Mitzi. El mundo no gira al rededor de ti. ¡Este es MI momento!
No soy judía pero por alguna razón siempre he querido serlo. No tengo claro en qué consistan los shiva en la religión judía, pero estoy interesada. ¿Se vale que la ceremonia sea auspiciada por un rabino?
La noche empezará con música jazz en vivo pero evolucionará a salsa en el transcurso de las horas y todos, obligatoriamente tendrán que pararse a bailar.
No sé cómo voy a morir, pero lo que sé es que previo a mi partida voy a compartir esta publicación a mi familia y más les vale seguir las instrucciones al pie de la letra porque si no, juro que regresaré cada día de muertos solo para cambiar el contenido de su crema de cara por crema de pies al estilo Mean Girls, y lo único que les heredaré serán mis traumas sin resolver a toda la descendencia.
Un funeral es el epítome de tu vida. El manifiesto de tu grandeza. El sello estrella de tu existencia. La manera de limpiar tu nombre de todas tus patéticas y malas decisiones de vida. El último evento a tu nombre. La fiesta final. La despedida que honra tu vida, y por lo tanto, la más memorable y trascendental. No lo olvides.
¿Cómo visualizas tu funeral?
Muero de risa y de ganas de asistir a tu funeral. Tienes toda la razón del mundo- bodas, bautizos y comuniones le dejan a una tan indiferente- pero una sale de aquí por la puerta grande, dos orejas y el rabo. A propósito, la semana que viene sale la segunda parte de "la buena muerte" que he publicado hoy, y ahí planifico no mi funeral, pero sí dónde voy a morir, pero este post tan alucinantemente elegante me sirve de lanzadera para la tercera entrega de cómo será mi última fiesta. Ha sido un placer leerte.