Bienvenidx de nuevo a otro día de cinismo y neurosis. Tu chef favorita servirá el menú más espiritual del día de hoy. En realidad me encargaré de desechar todos los tiempos y empezar por la única parte que nos importa a todos, el postre.
El platillo de hoy incluye una concisa guía con lineamientos holísticos para honrar nuestro lado menos interesado en la auto-reputación en ojos ajenos. Con mucho cariño de perra psicópata a perra psicópata (y uso pronombres femeninos aunque no está dirigido exclusivamente para personas que se identifican como mujeres), te regalo los 10 mandamientos que necesitas aplicar en tu vida.
Adopto orgullosamente la descripción “perra psicópata”, tomando como inspiración de la historia todas las veces en que los adjetivos despectivos se utilizaron con el afán de humillar y menospreciar a algún grupo específico. Autoproclamarse maricón, puto, nigga, zorra o puta con la frente en alto en vez de aceptar la inferioridad con la que algunas personas puedan percibirte al clasificarte bajo alguna de las categorías mencionadas, cambiando la narrativa de la historia.
Dediqué mi noche a pensar cuáles serían las pautas bajo las cuales esta diosa rejiría su vida hasta que llegué a la conclusión de elegir los 10 más importantes.
Ojalá puedas tomar alguno como mantra y convertirte en la perra más psicópata de todas. Amén.
Amarás cada una de tus esquizofrénicas personalidades sobre todas las cosas.
Sentir orgullo al nombrarlas cada vez que una de ellas aparece para mostrarte algo valioso de ti. Celebrando la diversidad de tus ideas que pelean y se divierten en tu mente dependiendo la situación, creando festejos con diferentes temáticas y dejándolas salir según la compañía y la circunstancia.
No tomarás tu intuición sobre las vibras ajenas en vano.
A fin de evitar bajo toda costa la aparición de humanos con sangre pesada manifestarse en tu espacio, escucharás las claras palabras de tu intuición que con tanto esfuerzo buscan advertirte sobre las problemáticas vibras de posibles nuevos integrantes a tu círculo social y así discernir en su estancia o partida de tu tierra santa.
Santificarás los momentos y días improductivos evadiendo la culpa.
Hacia el objetivo de liberarnos de la sobreexigencia autoimpuesta y la absurda e innecesaria sensación de productividad que busca la falsa autovalidación a través de la rígida idea de tener que hacer actividades cada segundo del día. Se busca escuchar lo que el cuerpo y alma piden en determinados momentos, venerando su existencia, entendiendo su razón de ser sin ser cuestionados y cumpliendo ante su demanda de manera respetuosa, sin caer en la trampa de la culpa.
Honrarás tu energía.
En cada momento del día se busca conectar con la verdad interna y escuchándote descifrar la cantidad de combustible que le queda a uno mismo de manera holística para así decidir la actividad siguiente y poder considerarla a pesar de que nos incline a salir de nuestra zona de confort, cambiando la perspectiva preconcebida de uno mismo sin que la sensación de miedo al cambio nos aleje de lo que la energía pide.
Matarás a todo aquél que atente contra tu paz mental.
Sin piedad y con placer, te desharás de cualquier situación, hecho, idea, verdad, ficción o persona que te aleje de tu sensatez o te saque de tu centro y de ese modo seguir alimentando en otras mentes la falsa realidad de que no eres lunática.
Cometerás actos sagrados para venerar tu sexualidad y no sentirás vergüenza ante ello.
Revocar la opinión propia y/o de terceros sobre la manera en cómo se busca la sensación de placer. Se honrarán las decisiones propias tomadas bajo los efectos sagrados de la lujuria sin caer en la acción de menospreciarse a uno mismo, entendiendo que ni los valores de una mujer, ni su valía se encuentran en sus decisiones o historia sexual.
Robarás miradas sin sentir ningún rechazo al ser vista..
Aceptarás tu apariencia sabiendo que no es posible modificar la mayoría de las características físicas que te han enseñado a rechazar y entendiendo que las ideas de perfección son un constructo social antifeminista. Confiarás que gracias a la divinidad del universo, existe una gama de diversidad infinita que nos concede la dicha de vivir esta vida como un ser humano único, conviviendo con otros seres humanos irrepetibles y diferentes entre sí. Apreciando que, por lo tanto, no somos iguales a ninguna otra perra en esta galaxia.
Darás falsos testimonios y mentirás hasta que te conviertas en eso que sueñas manifestar..
Creerás fervientemente que todo es posible contándote historias de grandeza, visualizando tu ser superior, convenciéndote de que eres capaz de convertirte en todo eso que ves, que sientes y que sabes que es posible para ti.
Consentirás cada uno de los pensamientos y deseos “impuros” sin juicios negativos hacia tu persona.
Eliminar el adjetivo “impuro” del vocabulario para referirse a la sexualidad de la mujer y las decisiones que ésta quiera explorar con su cuerpo y mente. Revocar la opinión ante el hecho de sentir placer como sea que eso se manifieste y solo dejarlo ser.
Envidia los logros ajenos por inspiración.
Evitar la represión ante la sensación de envidia, sabiendo que nos reflejamos en humanos que a su vez se reflejan en nosotros. Reconociendo que lo que vemos en otros es una cualidad o carencia que se encuentra en nuestra piel y tenemos la capacidad de sacarlo a la luz o mejorarlo si se trabaja lo suficiente.
Imagino que pueden haber algunos miembros religiosos mortificados por el caos de mi narración al confundir mi humor por blasfemia. No temas por mí, querido lector. Si dios existe, ya me agregó a su lista V.I.P. de la entrada al paraíso desde hace mucho tiempo. Sé ríe de mi sarcasmo y aplaude mi creatividad en esta pieza literaria, después de todo es elle quien me concedió tan exquisito sentido del humor.